El cambio lo lográs cuando hacés pensar al otro, no cuando le decís o mostrás lo que tiene que cambiar. Si el otro no piensa, no cambia. Estructurá el discurso para hacerlo pensar, por lo general es con preguntas.
El cambio lo lográs cuando hacés pensar al otro, no cuando le decís o mostrás lo que tiene que cambiar. Si el otro no piensa, no cambia. Estructurá el discurso para hacerlo pensar, por lo general es con preguntas.