El dinero que tenés y no generaste, más allá de que puedas disponer de él y “disfrutarlo”, genera miedo, es algo muy rato y contra intuitivo. En cambio, el dinero que si generaste, genera seguridad y tranquilidad, porque sabés como hiciste ese dinero y si sabés como lo hiciste lo podes volver a hacer. En cambio con el dinero recibido sentimos la amenaza de no poder volver a hacerlo. Es entonces un dinero caro, en cambio el dinero barato es el que generás, que hacés y sentís que sabés hacer. El dinero recibido por herencia es caro.