SI TE ENOJAS NO TENÉS RAZON
Nuestra lógica puede validarse a través de la realidad o de la fantasía. Cuando está validada por la realidad, nuestro pensamiento tiende a ser más funcional y práctico, ya que los resultados, y lo cerca o lejos que estemos de ellos, nos indican la efectividad de nuestras decisiones.
Si algo no funciona como queremos, reconocemos que creíamos tener razón, pero entendemos que hay que ajustar el rumbo porque no está dando los resultados esperados. En cambio, cuando nuestra lógica o necesidad de tener razón se valida en la fantasía, surgen la frustración y el enojo.
La idealización que genera la fantasía nos hace sentir omnipotentes, y cuando las cosas no funcionan, nuestro ego entra en crisis, incapaz de contener la bronca, y la proyecta hacia los demás en forma de enojo. Si te enojaste, estás evitando aceptar que tu lógica, o tu certeza, tuvo un error de cálculo.