Encontrar lo que nos gusta es una de nuestras más importantes motivaciones; sin embargo, mientras estamos con la expectativa de descubrirlo deberíamos replantearnos lo siguiente:
¿Quién soy? No olvidemos que ante todo somos personas que necesitamos estar balanceadas en nuestra capacidad de pensar, de relacionarnos y de entrar en acción; es decir, nuestro ser estratégico, nuestro liderazgo y nuestra motivación.
Sin este equilibrio es casi imposible disfrutar de cualquier cosa, incluso de aquellas “nos gustan”.
Luego podríamos preguntarnos: ¿Me conozco? ¿Cuáles son mis puntos fuertes a aprovechar y los débiles a neutralizar?
Si llegamos a esta pregunta, la siguiente es más fácil: ¿Cuáles son mis sueños? En la realización de lo que somos están anclados nuestros sueños, objetivos y satisfacciones personales y dicho de otra manera, nuestros sueños no son más que el resultado natural de nuestro autoconocimiento, de nuestra expectativa de autosuperación.
Por eso, volver a las preguntas iniciales nos llevará directamente a querer lo bueno, que es ser lo que somos y encontrar ahí lo que nos gusta.
El oráculo de Delfos no decía “haz lo qué te gusta” sino “conócete a ti mismo”.
En esta línea, el disfrute y lo que nos gusta se realizan cuando la vida se vuelve ni más ni menos que esa tarea de ser y dar lo mejor que podemos. Concentrarnos primero en ser mejores, lo cual nos llevará naturalmente a descubrir y concretar lo que nos gusta.