¿QUÉ ES PEDIR? – PEDIR
Pedir es una habilidad que se aprende y requiere la combinación de varias destrezas: ser humilde, empático, identificar a la persona adecuada y elegir el momento oportuno. Saber tocar la fibra del otro y hacerlo con gracia es esencial para que el pedido sea efectivo.
APRENDER A PEDIR Y A DAR – PEDIR
Aprendemos a pedir pidiendo, y al no obtener lo que deseamos, es cuando más podemos mejorar. Cada rechazo es una oportunidad para perfeccionar esta habilidad, ya que el potencial de pedir radica en el enorme potencial que tiene el dar. Dar genera poder y satisfacción, y muchas personas quieren dar, pero no saben cómo canalizar esas ganas o no se les pide. Pedir no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. De hecho, gran parte de lo que conseguimos en la vida es gracias a nuestra capacidad de pedir.
TENER LA CAPACIDAD DE PEDIR LO QUE SE QUIERE – PEDIR
Hay que poder expresar las propias expectativas, hay que poder pedir lo que se quiere, es una necesidad básica del ser humano, y si no se puede canalizar la mente toma un mal camino.
CÓMO PEDIR – PEDIR
Ser claro. Tienes lo que puedes conseguir, consigues lo que puedes pedir y pides lo que puedes comunicar. Al hacer una petición, sé claro en expresar tu interés y expectativa. Tienes derecho a pedir lo que desees sin culpa, y la otra persona es libre de aceptar o rechazar tu solicitud. Nadie está obligado a dar, pero eso no significa que debas sentirte culpable por pedir.
ESTAR DISPUESTO A DAR – PEDIR
Para pedir, también es importante estar dispuesto a ofrecer algo a cambio. Puedes pedir de manera explícita o crear una situación favorable en la que el otro, predispuesto a darte, lo haga con gusto sin necesidad de que lo solicites directamente.
PEDIR DESDE LA POSITIVIDAD – PEDIR
Es fundamental hacer tus peticiones desde un lugar positivo. Cuando lo haces con naturalidad y claridad, generas un ambiente donde la comunicación fluye y la respuesta, sea cual sea, tiene más probabilidades de ser constructiva.
PEDIR NO ES EXIGIR – PEDIR
Pedir y exigir son actitudes muy distintas. Quien exige cree tener derechos y, cuando no obtiene lo que quiere, se enoja. En cambio, quien pide puede sentirse triste si no recibe una respuesta, pero no se enfada.
PERSUADIR CON PACIENCIA Y SIN IMPONER – PEDIR
Haz que lo importante suceda sin forzar las cosas. Sugiere tu punto de vista en lugar de imponer una orden. Exigir puede mostrar inseguridad sobre tu propio derecho. Si tienes que insistir demasiado, probablemente no funcionará. Pide de manera clara y, si no te responden, toma decisiones en consecuencia. Intenta persuadir con paciencia, utilizando incentivos en lugar de insistir sin sentido. Si agotaste todas las opciones de manera cordial, entonces pasa a decisiones más drásticas y definitivas, pero evita quedarte en un punto de desgaste constante. Insistir demasiado no solo lastima a todos, sino que también debilita tu propio poder. Pide lo que sea posible, no lo ideal. Acepta lo que te den y saca provecho de eso, sin obsesionarte con conseguir el resultado perfecto. Siempre habrá otra oportunidad para acercarte más a tu objetivo.
PEDIR Y ESPERAR – PEDIR
Es importante aprender a pedir y luego esperar, acompañando al otro sin presionarlo, dándole el tiempo necesario para procesar. La mayoría de las cosas las conseguimos a través del diálogo. No apresures los resultados, pedí con paciencia y dejá que la petición actúe como un removedor de pintura, trabajando con el tiempo. Si lo planteás mal o con prisa, no funcionará.