CONTUNDENCIA EN LA ORATORIA LIDERAZGO: CONTUNDENCIA
Un líder contundente se caracteriza por hablar despacio, transmitiendo seguridad y dominio del tiempo. Este control refleja fortaleza, pues no se siente apresurado ni presionado. Hablar pausadamente no solo asegura claridad en el mensaje, sino también proyecta autoridad y confianza. La calma en la oratoria permite al líder capturar la atención de su audiencia y generar respeto, estableciendo una conexión sólida y efectiva con quienes lo escuchan.
DIALÉCTICA Y RETÓRICA EN EL DISCURSO – RETÓRICA
Mientras que la dialéctica busca la verdad a través de argumentos, la retórica tiene como objetivo convencer. El “entimema” es a la retórica lo que el “silogismo” es a la lógica: su estructura. Así como un buen esquema de silogismos puede llevar a una conclusión lógica y válida, un buen esquema de entimemas genera un impacto retórico eficaz.
LOS TRES PILARES DE LA RETÓRICA – PERSUASIÓN
Al intentar convencer, recordá que la gente cree en lo que se demuestra. Mostrá lo que ya está demostrado y así vas a lograr convencer a quien te escucha. Aristóteles, en su obra Retórica, nos enseña que el discurso persuasivo se apoya en tres elementos clave:
Ethos: El carácter del orador. ¿Quién es el que habla? ¿Qué autoridad, reconocimiento o credibilidad tiene? ¿Es alguien respetado o desconocido?
Pathos: La pasión y emoción del discurso. El entusiasmo que se transmite y la capacidad de generar empatía con el auditorio.
Logos: La lógica del argumento. Explicar las ideas de forma clara y comprensible, simplificando lo complejo para hacerlo evidente e incuestionable.
Estos tres pilares nos conducen al “Tekmerion”, que es la prueba indudable, el indicio seguro que refuerza la persuasión y convence a la audiencia.
CARISMA NATURAL EN UN ORADOR – CARISMA
El carisma de un orador se percibe en la naturalidad, frescura y espontaneidad de sus movimientos y gestos. Aunque existen técnicas —como conectar con la mirada del público, dónde colocar los brazos, qué gestos hacer o evitar, y cómo moverse— que los expertos en oratoria a veces diferencian entre hombres y mujeres, lo más importante es que cada orador conecte con su propio estilo. Es ese estilo personal lo que lo hace auténtico. Muchos oradores intentan replicar movimientos técnicos que no se alinean con su personalidad, lo que deja una sensación artificial, restando encanto, poder e impacto al mensaje que desean transmitir. Esa artificialidad puede incluso hacer que el público sienta que está siendo engañado.
PREPARACIÓN Y PLANIFICACIÓN EN ORATORIA – DISCURSO
No todo lo espontáneo es genuino. La idea de que lo valioso y auténtico es lo emocional, lo instintivo, o lo que surge sin planificación ni preparación es un error que conduce al fracaso. La espontaneidad de un orador, según su evolución, puede reflejar tanto la impulsividad de un animal como la genialidad de un ser humano. Hablar con el corazón no significa decir lo primero que viene a la mente, sino que es algo que se aprende y se trabaja. La espontaneidad solo tiene sentido cuando hay un aprendizaje y preparación previos, y no se deja nada al azar.
LA DISCIPLINA EN UN DISCURSO – IMPROVISACIÓN
La disciplina, el orden y la perseverancia revelan la detallada preparación de un discurso. No existe espontaneidad que pueda reemplazar una planificación bien hecha. Solo después de haber preparado el discurso se puede poner el corazón en él. Tras mucho trabajo y desarrollo de habilidades, la capacidad de improvisar de manera efectiva surge. Creer que un buen discurso aparece de manera mágica es producto de la pereza. La improvisación efectiva es el resultado de una sólida preparación. Ensayar con alguien, practicar frente al espejo o filmarse son herramientas que contribuyen al éxito de la exposición.
DISFRUTAR AL EXPONER TU MENSAJE – DISFRUTE
Para cumplir con las expectativas del auditorio, el orador debe transmitir un mensaje claro, pero sobre todo disfrutar de su discurso. Si el público percibe que el orador solo quiere terminar rápido, se aburre, se pone ansioso y también desea que finalice. Para disfrutar la exposición, las palabras deben salir del corazón, conectadas con las emociones del orador, ya que es ahí donde se vive la autenticidad de sus intenciones y convicciones profundas. Ese es el camino para que el mensaje realmente llegue.
HABLANDO DESDE EL CORAZÓN – CORAZÓN
El que habla desde el corazón no se equivoca; incluso si comete alguna contradicción, esta se percibe como parte de la naturaleza humana, no como un error. En el corazón residen los sentimientos puros y las grandes contradicciones, y cuando se expresan, cautivan al público porque también las comparte. Al no ocultar esas contradicciones, la audiencia se siente comprendida y respetada. La falta de emoción es lo que delata la falsedad de un discurso. Un buen orador habla de corazón a corazón.
IMPACTO DEL TONO DE VOZ – TONO DE VOZ
El tono de la voz, su cadencia, su pausa, su calidez y gravedad le da a lo que se dice un sentido con o sin impacto o convencimiento, o con o sin liderazgo o autoridad. El tono del quejoso pierde todo brillo, y pierde cualquier tipo de admiración que pude haber tenido antes de quejarse.
PODER DEL SILENCIO EN EL DISCURSO – SILENCIO
El arte del discurso no reside solo en lo que se dice, sino también en lo que no se dice: en el silencio. La emocionalidad del discurso se refleja en cómo el orador maneja las pausas y los silencios. La capacidad de detenerse, sostener una mirada con el público, y hacer una pausa sin miedo a que parezca que no tiene nada que decir, sino anticipando el gran contenido que está por venir, genera emoción, expectativa y entusiasmo.
EL SILENCIO COMO HERRAMIENTA DEL ORADOR – SILENCIO
El silencio tiene un único dueño: el orador o el público. Si el orador domina el silencio, puede, entre palabra y palabra, callar y mirar al auditorio, controlando la situación y ganándose su admiración. Pero si el poder del silencio queda en manos del público, este se agranda y el orador se ve reducido y descalificado.
EVITAR LA PRESIÓN DEL SILENCIO – MULETILLAS
Un orador que no tolera el silencio, presa de la presión del público, recurre a estrategias para evitar quedarse callado, usando muletillas como “este”, “ehhh”, “bueno”. Esta desesperación también se evidencia cuando sube el tono al final de cada frase, alargando la penúltima sílaba, lo que da la sensación de que está recitando los puntos de un check list.
SABIDURÍA EN EL HABLAR POCO – VERBORRAGIA
El sabio habla poco, con amabilidad y claridad, no está en permanente estado de catarsis. La verborragia es pereza, es no querer hacer el esfuerzo de pensar y filtrar. La verborragia es la nota de alguien que duda, no sabe qué es lo importante, o que no sabe qué decir, y solo descarga. A la hora de gestionar el poder se puede ver que el que lo tiene, o tiene un alto nivel de seniority, habla poco.
ELEMENTOS CLAVE EN LA ORATORIA – ORATORIA
Hablá despacio, organizá tus ideas antes de expresarlas y, con calma, transmitilas de manera natural. Encontrá tu idea principal y construí tu discurso desde ahí, sin dispersarte, avanzando paso a paso.
PODER DE LOS SILENCIOS EN ORATORIA – SILENCIOS
El mayor poder de un discurso está en los silencios y las pausas, que le otorgan a las palabras el peso que merecen. En esos silencios, el orador muestra su autoridad, su confianza y su seniority, proyectando una imagen de respeto y dignidad. Al principio, el silencio puede resultar incómodo, pero con práctica, lo vas a reconocer como una de las herramientas más efectivas para comunicar con elegancia y claridad.
HARMONÍA Y CONEXIÓN EN EL DISCURSO – ARMONÍA
Un buen orador habla con la misma armonía y pausa en una presentación que en el día a día. Utiliza silencios, miradas y gestos que crean una conexión sólida con su audiencia.
ALINEAR EL MENSAJE AL PROPÓSITO – MENSAJE
El sentido de lo que decimos debe estar alineado con la dirección a la que queremos llegar. Para ello, planteá preguntas que te gustaría que el auditorio se haga, y luego respondelas. Esto involucra a tu audiencia y les da claridad. Hacer una pausa antes de auto-responderse crea una estructura clara. Sumale imágenes o ejemplos visuales para que lo que decís cobre vida en la mente de quienes te escuchan, manteniendo su atención. Evitá hablar en términos abstractos que alejen a la audiencia y diluyan su interés.
PRESENTACIONES CON PROPÓSITO CLARO – PROPÓSITO
Las presentaciones deben tener un propósito claro, que se refleje en la definición de las preguntas clave que buscamos responder. Deben ser simples, directas y centrarse en responder esas preguntas de manera efectiva.
EXAMEN VS SHOW EN LA PERCEPCIÓN – OPINIÓN
La diferencia entre dar un examen y realizar un show es cómo percibimos la opinión de los demás. En un examen, la opinión de los demás se centra en el resultado, mientras que en un show, uno está conectado con su propio flujo y no se preocupa por la opinión de los demás. Ser consciente de esto es consecuencia directa de sentir el flujo durante el show.
PENSAMIENTOS NEGATIVOS EN EXAMENES – PENSAMIENTOS
No tener pensamientos negativos no implica necesariamente entrar en el paradigma del show. Es más como intentar no pasar un mal rato durante un examen, pero no necesariamente estar en el estado de “show”. Es un cambio momentáneo de ánimo y relajación, pero que puede volver a tensarse y exigir en cualquier momento. En otras palabras, todavía estás en una mentalidad de examen.